La
importancia del tema de la equidad de género radica en la necesidad de
construir una sociedad con igualdad de oportunidades, en la que el respeto por
las diferencias sea la base de las relaciones entre las personas.

La
educación con perspectiva de género consiste en la formación de niñas y niños
con base en principios de equidad entre los sexos. Esta tendencia abre el
camino hacia la superación de la inequidad de género, ya que crea las
condiciones para el acceso igualitario al mercado de trabajo y el cambio
cultural en mujeres y en hombres, con lo que se favorece la
construcción de una sociedad más justa y equitativa.
La
escuela se perfila como segundo ámbito de socialización. Como se ha demostrado,
la educación actúa de manera directa en construcción de una cultura, que a su
vez puede cambiar o perpetuar formas de pensamiento y acción social, para
mantenerlas jerarquizadas o para incidir en transformarlas. Asimismo, la
educación permea con fuerza la construcción de las individualidades y de las
identidades, que conforman la ingeniería del ser social.

Una
prioridad de los compromisos adquiridos en la Conferencia Mundial sobre
Educación para Todos, realizada en Jomtien, Tailandia, en 1990, es la de realizar
acciones concretas y permanentes para impulsar la equidad de género en la
educación, con el firme convencimiento de que educar con esa visión implica
enseñar valores de respeto a la dignidad humana y al reconocimiento de la
igualdad en la diferencia.