ESTILOS DE COEDUCACIÓN
Los padres, deben ir adaptando su
conducta con respecto a sus hijas/os a medida que estos van adquiriendo nuevas
capacidades para ponerlas en práctica y
llegar a dominarlas. Así, del mismo modo que cuando un/a niño/a está
aprendiendo a andar es necesario que le dejemos practicar aun a riesgo de que
pueda llevarse algún golpe, con los años es necesario que a nuestras/os
hijas/os les demos un mayor margen de autonomía para que puedan desarrollar su
propia personalidad y se conviertan en personas responsables.
El estilo de educación familiar
influye de forma considerable en la rapidez con la que las/os hijas/os adquieren la autonomía y responsabilidad
necesaria para un desarrollo saludable.
En los estudios realizados sobre la
forma en que los padres educan a sus hijas/os se distinguen tres estilos
educativos según estas dos dimensiones:
Fomento y motivación de la
participación de los hijas/os en la toma de decisiones sobre los temas que les
afectan directamente.
PERMISIVOS
Libertad sin límites.
COOPERATIVOS
Libertad dentro de límites.
AUTORITARIOS
Límites sin libertad.
Los estilos permisivos y autoritarios son dos versiones distintas de
los que algunos autores han denominados “la falacia del buen padre” que se
caracterizaría por una conducta de sobreprotección sobre las/os hijas/os que
impiden el desarrollo saludable de estos.
En el estilo permisivo, le proporciona a su hija/o muchas oportunidades para tomar decisiones y decidir
por sí misma/o, pero no le enseña a ser responsable y a afrontar las
consecuencias de sus actos ya que no les pide que dé cuenta de sus errores.
En el estilo autoritario, prepara a su hija/o para tener que afrontar las
consecuencias de su conducta, especialmente si infringe los límites impuestos,
pero tendrá serias dificultades para comportarse autónomamente ya que está
acostumbrado a que le digan lo que tiene que hacer y han sido pocas las
ocasiones en las que ha tenido que decidir por sí mismo.
El estilo cooperativo es el más adecuado para lograr que su hija/o se
convierta en una persona autónoma y responsable con la capacidad de comportarse
independientemente ya que con él se fomenta la participación activa de sus
hijas/os en la toma de decisiones de los asuntos que le afectan, a la vez que
se le permite “aprender de sus errores” debiendo hacer frente a las consecuencias derivadas de sus
elecciones. Además con este modelo podrá mantener una relación positiva con
las/os hijas/os y a la vez logrará hacer cumplir unas reglas básicas de
convivencia.
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